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Bo-tito Eco guardián: el robot que educa sobre el medio-ambiente

Bo-tito Eco guardián, el robot atemporal fabricado con plásticos reciclados que busca concientizar sobre el cuidado del medio ambiente. Creado en el 2016 por Daniela Czajkowski y José María Rodríguez. Este último año se unieron con Smile Train, la ONG internacional líder en tratamiento y capacitación de la Fisura Labiopala (FLAP) para festejar el día del niño, por cada compra, otro se donó a los centros de atención médica asociados a Smile Train en toda América Latina. Un regalo que une la diversión, la educación y la conciencia sobre nuestro planeta. 

Este emprendimiento comenzó hace 5 años, donde la información sobre el reciclado y la sustentabilidad era escaza. Desde Innovar Sustentabilidad nos comunicamos con José María Rodríguez, eco diseñador, quien experimenta y crea con materiales considerados residuos, para que nos cuente la historia atrás de Bo-tito. “En el 2016, 7 de cada 10 argentinos no sabían de temas ambientales. Pero la misma encuestadora nos decía que ese 7 de 10 tampoco tenía información”. A partir de este contexto junto a Daniela buscaron un producto que eduque, pero no solamente tenía que ser para chicos sino para toda la gente que lo necesite. 

Y si hacemos un robot, le gusta a cualquier persona, no tiene cuestión de genero a temas de color, de edad, es atemporal”, explico Rodríguez. Después de una lluvia de ideas, lograron a llegar a Bo-tito que la clave principal era que educara a simple vista. El punto de partida del juguete es aprender a través de una experiencia constructiva. Existen dos versiones, un robot totalmente terminado, que se usa como herramienta pedagógica. Y también otra opción que es un kit para armar, el cual fue diseñado para que la gente aprenda el método deconstructivo. 

Bo-tito tiene tres claves de diseño: no posee armas porque es un eco-guardián, sus facciones son todas amigables, y cada una de las partes no están deformadas, son tal cual se encuentren en casa. Lo que tiene de innovador el sistema es que, por el encastre natural, más el agujereado sistemático de las tapas, nos permiten tener un robot de formato manoide, ósea que tiene separado brazos y piernas puede sentarte, totalmente articulado. José María Rodríguez expresa: “agarrar tapitas que son ordinarias, y transformarlas en un objeto extraordinario como sería un robot”. 

En estos 6 años de trabajo pudieron observar la transformación de la sociedad frente al cuidado del medioambiente.  Estamos en la bisagra del paradigma, conviviendo con dos sistemas, uno hiperproductivo donde no había límites para los insumos, y el otro, donde todo es finito. “Y creemos que la idea no es que planeta le dejamos a nuestros hijos, sino que hijos le dejamos a nuestro planeta”, define José María.

La naturaleza no genera basura, lo que es residuo para unos, es alimento para otros, o vivienda. Nuestro modelo de negocio se tiene que vasar en una economía circular, un consumo responsable. A partir de la creación de Bo-tito evitamos que un plástico vaya a un basural abierto, Al día de hoy llevan más de cinco toneladas rescatadas. 

Por Rocío Morabito.



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